Toñito Blanco y Chichi Campos, dos nombres para un tiempo de un audiovisual que ahora parece distante, a pesar de que no van allá más de treinta años. Cineuropa y la Academia Galega do Audiovisual recordaron el trabajo de ambos personajes que asumieron una singular forma de hacer que, según los invitados a esta jornada de recuerdo, igual hoy no se acaba de entender.
Compañeros de generación, de trabajo, de gags, de aquella Televisión de Galicia recordaron un sinfín de anécdotas de Toñito Blanco y Chichi Campos que tienen que ver con un tiempo que según Xaime Fandiño «se hacía una televisión preindustrial, menos organizada pero con mucha ilusión y con cosas que quizás hoy no se aceptarían». En el mismo sentido, Manuel Manquiña explicó después de algunas historias de rodaje y grabaciones de programas que sobardan lo políticamente correcto que desde el sentido de «hoy no se entiende muy bien el carácter y el espíritu de aquella época y de estos hombres».
En la sesión de Cineuropa se proyectó primero el documental de Nico Campos sobre Toñito Blanco y luego tres piezas de Chichi Campos procedentes del programa A ver que vai ser isto, presentadas por Antonio Durán «Morris» y Manuel Manquiña. Era un tiempo con máquina de escribir que fueron, según Xosé Manuel Pereiro, «muy buenos para la televisión porque no había control sobre la creatividad». Para Morris fue una gente tocada «por el talento y temibles por veces para trabajar con ellos porque siempre íbamos apurados, esperando al último momento por los guiones».
Carlos Ares preguntó a los invitados como verían a ambos en este presente del nuevo milenio. Nico Campos aseguró que Toñito Blanco «podría ser un Santiago Segura dos y podría acabar en Mira quien baila o algo así, aunque fuese para reventarlo». Sobre Chichi, Nico Campos aseguró que él acabó «muy decepcionado con la transición ahora estaría muchísimo más». Su hermana, Tata Campos, explicó que a estas alturas de la vida «él estaría indignado con todo lo que pasa hora y estaría muy activo contra todo». Pereiro planteó la duda sobre qué pasaría con cualquiera de ellos y la actividad de las redes o esa posibilidad de hacer películas sin salir del móvil. En lo de las redes, quizás Chichi Campos estaría activo, aunque alguien apuntó que estaba desencantado de los rumbos que tomara la sociedad a finales del siglo XX. Para Toñito Blanco la respuesta la tuvo Fandiño: «con todo esto que decía del vídeo y de hacer cine en vídeo, Toñito era completamente analógico, porque por aquel entonces también era todo completamente analógico y no sé si estaría a gusto con todo esto del digital».
El año próximo se cumplirán veinticinco de la desaparición de Chichi Campos y Carlos Ares adelantó la intención de la Academia Galega do Audiovisual de preparar una exposición con los trabajos como humorista gráfico que podría tener como marco también a Cineuropa.