El FICBueu reconoce a Alfonso Agra con el Premio Cinema Galego, un galardón a su extensa trayectoria iniciada, allá por los años 80, de la mano de la compañía teatral Artello. Hablamos con el actor arzuano sobre este premio y repasamos una vida dedicada a la interpretación.
¿Qué se siente al recibir un premio a toda una trayectoria profesional?
Una enorme alegría, especialmente teniendo en cuenta que es el primer premio que recibo en los cuarenta años que me llevo dedicando a esta excéntrica profesión, y también, por qué no decirlo, porque yo empecé a hacer teatro en aquella excepcional Compañía que fue Artello, en el año 79 o 80, de casualidad, como un juego. A diferencia de los demás, Ernesto Chao, Rosa Álvarez, Manuel Pombal, Morris, Santiago Montenegro y Rosa Hurtado, yo no pensaba que tuviese mucho futuro en este oficio de contar historias. Ellos creían en la profesión, yo estaba ahí un poco a ver qué pasaba. Después de todo este tiempo, quiero pensar que algo de talento tengo para actuar, y el premio también me anima a pensar que así es.
“Después de todo este tiempo, quiero pensar que algo de talento tengo para actuar, y el premio también me anima a pensar que así es”.
Alfonso Agra, actor.
¿Qué recuerdas de aquellos años?
Los recuerdos que tengo son fantásticos. Yo tenía 18 o 19 años… quedaba impactado con aquellas historias que nos contaban las fantásticas compañías de teatro que hacían una parada en Vigo. Pero también me gustaba la música, la pintura, la arquitectura, la literatura, en fin, todas esas cosas que te dan vueltas en la cabeza cuando tienes 18 o 19 años. Alguien de Artello me propuso formar parte de la Compañía y no hubo más que hablar. Desde el principio funcionó fenomenal, todo el mundo quería vernos y nos lo pasábamos en grande, ¿qué más se puede pedir? Después el CDG, la TVG, películas, doblaje y hasta hoy.
Mencionas el teatro, la televisión, cine, doblaje… ¿En cuál de los medios te sientes más cómodo?
Las sensaciones que da el teatro son incomparables.
El público está acostumbrado a verte en las pantallas o en los teatros, pero también a escuchar tu voz doblando a diversos personajes. ¿Qué destacarías de tu experiencia como doblador?
Si llegué hasta el día de hoy siendo actor es, en gran parte, gracias al doblaje. Ningún actor o actriz en Galicia vive solamente de su trabajo de intérprete, todos necesitamos otros apoyos: algunos dan clases, otros hacemos doblaje, y otros se apoyan en lo que pueden. Las épocas de trabajo en nuestra profesión son efímeras así que yo, cuando no tengo trabajo de actor, soy doblador. Es una profesión muy polémica en el mundo audiovisual, aunque no sé el por qué. Es un oficio muy difícil, muy duro y, por supuesto, muy digno. Ter permite tener una economía y además poder aprender o estar continuamente en contacto con excelentes trabajos hechos en todo el mundo; y si no te gustan los doblajes, puedes verlo en original, y punto.
Si tuvieses que elegir solo un personaje de tu carrera, ¿cuál sería y por qué?
Probablemente Silvino en Terra de Miranda. Lo pasé muy bien en toda esa época. Yo soy de aldea, de Arzúa, y estar todos esos años rodeado de vacas, con un fantástico grupo de gente a los que llevo en el corazón, perdidos por Mondoñedo, Guitiriz, Aranga… fue fenomenal, inolvidable. Después, y ya más recientemente, fue muy, muy especial hacer Fariña: reencontrarme con muchos compañeros que hicieron conmigo el camino durante todos estos años y contando una historia que conocíamos coma la palma de nuestra mano. Pero claro, Fariña fueron unos meses y Terra de Miranda fueron cinco o seis años (risas).
Has formado parte del reparto de las series más populares producidas por TVG como Pratos Combinados, Mareas Vivas, Terra de Miranda, As Leis de Celavella, Padre Casares, Serramoura… ¿qué papel consideras que juega la televisión pública para la consolidación de la cantera de actores y técnicos que tenemos en Galicia?
Fundamental, imprescindible, incuestionable. Estoy muy preocupado con ese asunto. A día de hoy solo hay en emisión una serie de producción propia en la Televisión de Galicia, y a horas clandestinas. La TVG no puede abandonarnos, ahí nacemos todos y sinceramente creo que ahí sigue estando nuestro futuro. Pienso que están muy confundidos los que creen que en todo este rebumbio de plataformas hay futuro asegurado, hay futuro para cinco con suerte, no más. Los repartos de los proyectos para plataformas que se hacen aquí son mayormente con actores y actrices no gallegos, y no parece que eso vaya a cambiar.
En los últimos años tú también participaste en series hechas en Galicia con mucha proyección fuera, como Fariña, Néboa ou El desorden que dejas. ¿Cuál es tu valoración del impacto de estos proyectos y de la producción para las plataformas de streaming dentro del sector?
Es obvio que hubo un importante cambio en el sector en Galicia, historias contadas hoy en Galicia se pueden ver en muchos países y eso nos beneficia a todos: especialmente a las productoras. Pero enlazando con la pregunta anterior pienso que los y las intérpretes son los que menos favorecidos salen de este nuevo mundo. De ahí la importancia de la TVG.
¿Tienes algún proyecto a la vista?
Pues sinceramente no; hice un par de pruebas, pero nada confirmado. Durante el último año hice cuatro sesiones en el audiovisual, así que, como comentaba anteriormente, nuestro trabajo es efímero y las plataformas no solucionan la vida, por lo menos en mi caso. ¡Salud!