Nuestro asociado Carlos Prado dirige una historia de dolor, superación y lucha, contada a partir de los ojos de Rosa, una madre que ve como su hijo de diez años resulta gravemente herido en un accidente de tráfico. Ese hijo es Aarón González quien lucha por convertirse en campeón de boxeo. Esa historia es Devolviendo el golpe, que llega al festival Primavera do Cine de Vigo, donde tendrá lugar su estreno gallego.
¿Qué diferencia encuentras entre este documental y otros que puedan tratar la misma temática?
Pienso que lo que hace diferente a Devolviendo el golpe es el enfoque, el hilo conductor de todo: la madre de Aarón, Rosa. Ella es la co-protagonista, quien cuenta la historia porque la vivió muy de cerca. Pienso que esto le da un toque original a la temática del boxeo y a la historia de superación. Aarón es un boxeador fuerte, echado hacia adelante, todo un campeón, pero sigue siendo también ese niño frágil a los ojos de su madre. Pienso que ella le da un punto de ternura a la historia y nos hace entrar en su familia, sentirnos uno más. Rosa es todo un personaje, con mucho carácter, sin pelos en la lengua, y pienso que no va a dejar indiferente a nadie.
Otro punto que, pienso, hace este filme diferente son la imagen y el montaje. La productora con la que trabajé, Trece Amarillo, se dedica sobre todo a los videoclips (por ejemplo los últimos de las Tanxugueiras, finalistas en los pasados Mestre Mateo) y trabaja con una estética muy cinematográfica, muy cuidada y personal; esto se nota en el documental, con un ritmo trepidante, una fotografía muy coidada y con escenas que, muchas veces, parecen más de una película de ficción que de un documental.
«Aarón es un boxeador fuerte, echado hacia adelante, todo un campeón, pero sigue siendo también ese niño frágil a los ojos de su madre«.
Carlos Prado Pampín, director de Devolviendo el golpe
¿Qué debe tener una historia para que valga la pena ser contada? ¿O eres de la opinión de que cualquier historia lo merece?
Pienso que es muy importante el enfoque que le das a las historia que quieres contar para que tenga interés y fuerza. Por ejemplo, cuando conocí a la madre de Aarón, sú fuerza y su carácter me conquistaron, me hizo un clic en la cabeza y dije: “aquí está el punto de vista que va a guiar la historia”. Posiblemente sin haber conocido a Rosa, no tendríamos hoy Devolviendo el golpe, porque aunque todo lo que le pasa a Aarón es admirable, él es un joven tímido delante de la cámara, y si cuadra, la historia no habría salido bien. Pero con Rosa, el documental ganó el peso que necesitaba para ponerse a andar.
Creo que toda historia es digna de ser contada, de ser narrada en imágenes; todos somos, de una forma u otra, pequeños héroes o villanos en nuestras vidas, pero tenemos que ser conscientes de las limitaciones que tiene cada historia para narrarla en formato cinematográfico. Conociendo las limitaciones puedes descartar proyectos que, en apariencia, parecían muy apetecibles, pero que no tenían el gancho suficiente para llevarlos a la pantalla. Por la contra, una pequeña historieta en apariencia sin importancia, puede desencadenar un trabajazo si hay un gancho potente para el espectador, también en la forma de contarla.
Devolviendo el golpe contó con el apoyo de un buen número de mecenas, ¿por qué crees que quisieron apoyar el proyecto?
La verdad es que fue una grata sorpresa la respuesta de la gente. Conseguimos el objetivo marcado una semana antes del fin del plazo do crowdfundig. Pensábamos que íbamos a sufrir para llegar a la cantidad fijada, porque además, fue el año pasado, en medio de la pandemia, con muchos comercios cerrados, con gente en ERTE o sin trabajo. Pero quisieron igualmente ayudarnos, aunque fuera con una cantidad pequeña, y así, poco a poco, entre todos, lo conseguimos.
Pienso que los mecenas respondieron porque hicimos una buena campaña de comunicación y les hicimos llegar a mucha gente una historia con mucho magnetismo, muy emotiva y además, positiva y con un final feliz, y creo que la gente quiere y necesita en estos tiempos ese tipo de historias. Que animen a luchar y a salir adelante. Querían que el documental fuera una realidad y así lo lograron.
Desde un punto de vista personal, ¿qué buscas con este proyecto?
Quiero que el público sienta todo tipo de emociones con el documental, porque realmente es una montaña rusa de sentimientos, con momentos que te pones a reír y momentos en los que a lo mejor corre alguna lágrima. Eso es lo que busco cuando elijo una película, que me haga sentir y pensar, que salga del cine con los pelos de punta o con una sonrisa de oreja a oreja, pero que no me deje como estaba antes de que apagasen las luces, y eso es lo que busco con Devolviendo el golpe.
Me gustaría que durante la hora y pico que dura, el público forme parte de la familia de Aarón, que sea uno más de los que entrenan con él, o que sienta la fuerza de su madre como si fuese una amiga de siempre. Quiero que la gente entre en la historia y que, cuando termine, hagan una reflexión sobre lo que acaban de ver.
Espero también que el documental llegue lejos y que tenga una buena distribución porque creo que la historia de Aarón y Rosa, aunque es una historia local, de una parroquia de Marín, es universal. Es la lucha diaria de mucha gente por salir adelante y por cumplir sus sueños. Por muchos palos que te den, si luchas, consigues lo que te propones.
«Aunque es una historia local, de una parroquia de Marín, es universal. Es la lucha diaria de mucha gente por salir adelante y por cumplir sus sueños».
Carlos Prado Pampín, director de Devolviendo el golpe
Se puede ver la buena promoción hecha en redes sociales, ¿qué papel jugaron las redes en la comunicación del documental?
Fue una de las estrategias que teníamos claras desde el principio, la promoción digital. Gran parte del futuro, y ya del presente, de las promociones, marketing y publicidad del mundo del cine, pienso que está en las redes sociales. Para eso hablamos con Pitu Santalla, una community muy reconocida que aceptó llevarnos las redes del documental porque conocía la historia de Aarón, debido a que ella también practicó full contact.
Desde el principio hizo una estrategia acorde con el documental y la verdad es que funcionó de maravilla. Llegamos a mucha gente en muy poco tiempo y fue básico para alcanzar el objetivo del crowdfunding. Pitu atacó desde dos frentes: Facebook para llegar a un segmento de población desde 30-35 hasta los 60-65 años; y luego con Instagram para llegar a los más jóvenes, desde 15-20 hasta los 30 años. Así teníamos cubierto el público objetivo del documental, futuros espectadores y mecenas.
El 23 de julio tuvo lugar el preestreno, ¿puedes contarnos cómo fue?
Fue un día muy emotivo para mí, sobre todo por hacer el preestreno en el cine Seixo de Marín. Es un sitio muy especial, un cine clásico de los años 40 del siglo pasado, historia viva que todavía funciona gracias a la pasión de sus propietarios y al amor que tienen por las pelis. Ver de nuevo ese cine lleno de gente, como en los viejos tiempos, con colas para entrar, a gente haciéndose fotos no photocall, foi espectacular.
La acogida no pudo ser mejor, todo buenas palabras, buenas críticas e incluso lágrimas de emoción de mucha gente . Pero si cuadra, lo que más me emocionó fue ver a toda la familia de Aarón contenta por el resultado. No fue fácil porque tocamos temas muy sensibles: abrimos heridas que estaban cerradas y volvieron a llorar, «sangrar», recordar esos malos momentos vividos… fue un rodaje muy duro por todo eso, por regresar a un pasado que tenían casi olvidado, pero valió la pena porque el resultado les encantó.
Eres conocido, sobre todo, como reportero. ¿Resulta difícil de compaginar ese perfil con el trabajo que desarrollas detrás de las cámaras?
Muchas veces es difícil de compaginar, sobre todo por la falta de tiempo que implica ser reportero. Son muchas horas de viaje, ya que cubrimos información y nuevas de toda Galicia e incluso Asturias y norte de Portugal. Muchas horas en coche, muchos kilómetros y horas de grabación y directos.
Pero precisamente por eso, para mí, hacer documentales, ficción, cortos… es una especie de cambio de chip, una pasión, un trabajo que hace que desconecte de mi trabajo diario. En las noticias tengo que contar las historias que marca la actualidad, pero haciendo cine puedo elegir yo la historia, el enfoque, la estructura narrativa, los personajes… es el mismo trabajo que hago en la televisión, contar historias, pero la diferencia es que las historias las elijo yo. Yo decido qué y cómo lo quiero contar.
¿Tienes en mente nuevos proyectos para dirigir?
Siempre ando con mil historias en la cabeza, con cuadernos apuntando ideas y haciendo esquemas y borradores. Muchas de las noticias que hago son una fuente de inspiración para tomar notas para futuros cortos o documentales, porque sí que es cierto que la realidad supera a la ficción muchas de las veces.
Hice primero imagen y sonido, y comencé haciendo cortos de ficción antes de ser periodista, como Vellas, A man ou a máquina, Alí e Alá… y ahora quiero volver a hacer un corto de ficción, espero que sea mi siguiente proyecto de dirección y guión. Pero también es cierto que le cogí el gusto a los documentales. Es un mundo fascinante. Si aciertas con una buena historia y buenos personajes, puedes construir algo muy hermoso. También tengo una idea para un nuevo documental, así que espero que el próximo año sea de trabajo intenso.