O festival de curtametraxes Contraplano pechou onte a súa segunda edición co anuncio de que o certame viaxará en xuño a Valladolid, onde poderá madurar e aprender das mostras tan prestixiosas de Castela e León como a Seminci ou a Semana de Cine de Medina. Non é a primeira vez que este proxecto sae fóra de Segovia; fai unhas semanas, Contraplano chegou ata Atlanta grazas ao respaldo da Universidade de Georgia.
Con los buenos resultados en la mano, el festival se embarca ahora rumbo a la capital de la región con una selección de los mejores cortos de los últimos dos años. Es la nueva apuesta de la asociación cultural que promueve esta iniciativa en Segovia, que en su segunda convocatoria ha triplicado la asistencia de público a sus actividades, según aseguraron ayer sus organizadores.
En cuanto a espectadores, en esta edición la cifra se ha elevado hasta los 1.300 -en el 2007 alcanzó el millar-, gracias en parte a la mayor duración de la muestra con respecto al 2007 y al esfuerzo de sus promotores por abarcar cada año a un público más variado. “Aunque todos los apartados han obtenido buena respuesta, los cortos sociales, la sección de cine gay y lésbico, la novedosa iniciativa Segovia Rueda o la fiesta del apartado Freak que tuvo lugar el viernes en la sala Cabaret han sido las actividades que más interés han levantado”, explican José Luis Farias y Alfonso Fulgencio, dos de los organizadores del encuentro.
El certamen Contraplano dio comienzo el pasado sábado 19 de abril con la proyección de cuatro de los mejores cortometrajes del panorama español e internacional, entre ellos “Meska Sprawa” (Slawomir Fabicki, 2001), nominado a los Óscar.
A lo largo de la semana, el encuentro se ha complementado con coloquios, conciertos y una exposición fotográfica del polaco Kieslowski en la Universidad SEK. La clausura tuvo lugar ayer en el teatro Juan Bravo, un acto que sirvió para agradecer a espectadores, patrocinadores, colaboradores y medios de comunicación su apoyo a un proyecto que ha salido adelante este año con tan sólo 30.000 euros. “Mientras sigáis ayudando, seguiremos creciendo”, expresó la organización.
Durante el acto, se dieron a conocer los nombres de los cortometrajes premiados. “La Flor más grande del mundo”, de Juan Pablo Etcheverry, fue elegida como la mejor cinta de Animación por el jurado, compuesto entre otros por Coke Riobóo, premio Goya al mejor corto de animación en el 2006.
En el apartado de Ficción, el jurado, integrado entre otros por la segoviana Esther García -miembro del equipo de la productora de Almodóvar El Deseo-, premió no a uno, sino a dos cortometrajes debido a la dura competencia entre los veinte presentados a concurso. Los galardonados en esta categoría fueron “Temporada 92-93” de Alejandro Marzoa, y “El pan nuestro” de Aitor Merino. Este último, que recogió el premio de manos de Esther García, aseguró estar feliz por haber conseguido el reconocimiento a pesar de la competencia.